La capa oscura de mi testimonio: El día que desee morir

No se si recuerdas que te había dicho que mi testimonio ameritaba contar algunas de sus partes en historias separadas ya que los caracteres de Instagram y una entrada en mi blog no iban a ser suficientes para podértelas contar en su totalidad. Ésta es una de esas historias.

No recuerdo el día exacto ni la hora, sólo se que era noviembre del año 2016. El año más difícil que he vivido hasta el momento pero uno de los más transformadores para mi. Estaba  pasando por un proceso muy fuerte de ansiedad y depresión y honestamente creo que la desesperación podía más que el sentirme derrotada y sin deseos de pararme de la cama. Era una locura, mi cuerpo se sentía pesado cada día, cansado, exhausto pero mi mente no se apagaba. Imagínate no poder dormir ni comer, fruto de que tu cerebro no entiende que debes descansar y alimentarte.

Estaba comenzando a descubrir la enloquecedora explosión de mi trastorno obsesivo compulsivo (la mayor parte de los trastornos de la mente explotan a partir de los 20 años). Mi cerebro parecía una máquina creadora de pensamientos recurrentes muy molestos e interminables. Sentía que literalmente me iba a volver loca. Tuve mucho miedo, pensé que nunca saldría de ese estado. Podía imaginar el resto de mis días interna en una clínica para pacientes que, debido a su mente, no pueden valerse por sí mismos y eso me aterraba y al mismo tiempo me hacía sentir compasión por aquellos que hubiesen podido ser mis compañeros de hospital. Porque estoy consciente de que lo que para mi era la mayor pesadilla, era y es la realidad de muchos día tras día.

Esto continuó por dos meses y a pesar de finalmente haber buscado ayuda -gloria a Dios por los médicos-, todos los fármacos se toman su tiempo en hacer efecto y por lo tanto mi desesperación no parecía tener fin. Fue cuando en un día de esos, decidí que ya no podía más y me dispuse a tomar una libreta y un lapicero para escribir lo que para mi iban a ser las últimas palabras para mi familia, amigos y hermanos de la iglesia.

Pensé en diversas formas de terminar con mi vida y una de ellas casi llevé a la consumación y tú te preguntarás ¿qué te detuvo? Dios lo hizo. Entre el mar de pensamientos que pretendían hacerme perder la cordura, uno se hacía más fuerte y era el hecho de pensar de que si yo terminaba con mi vida, jamás iba a poder ver a Jesús ni tampoco saber qué Él estaba haciendo con toda esta situación. Si, lo se, hay muchas implicaciones teológicas con esto que acabo de decir pero ese pensamiento, creo firmemente y con todo mi corazón que Dios lo colocó en mi ser para preservar mi vida. 

No es casualidad que la doctora que me atendió era creyente y que me pusiera como primera tarea estudiar los Salmos de David… La lucha continúo y los deseos de no querer seguir viviendo se intensificaban pero un día, y de este sí recuerdo la fecha (21 enero 2017) de repente mi mente parecía estar funcionando con normalidad. ¡Dios lo hizo! Él proveyó los recursos para costear mis tratamientos y para que al final del camino yo pudiera estar contándote este testimonio.

A pesar de ser un tiempo muy oscuro, difícil y doloroso, hoy puedo decirte que fue también un tiempo hermoso y de mucha introspección. Conocí al Dios sanador, el Dios que sostiene, el Dios que me ama y me muestra un propósito en cada cosa que Él permite. Gracias a Él hoy tengo una pasión por alzar la voz con respecto a estos temas que aún en algunas de nuestras iglesias se constituyen como tabú. Amo hablar de la importancia de la salud mental y por supuesto me llena de gozo y plenitud ayudar a aquellos que pueden estar pasando por lo mismo que yo pasé. Si el Señor lo hizo conmigo, Él definitivamente puede hacerlo contigo.

Si has leído hasta aquí, gracias por tomarte el tiempo de conocer un poquito más de lo que Dios ha hecho en mi vida. Y si estás pasando algo similar o conoces de alguien que necesite ayuda, yo estoy aquí dispuesta a orar y brindar orientación en lo que nuestro Señor me lo permita. Mi puerta siempre está abierta.

Dios te bendiga.

2 thoughts on “La capa oscura de mi testimonio: El día que desee morir”

  1. Dios te bendiga mucho, gracias por contar tu historia. Me resulta muy edificadora, y saber que sobre todo tuviste victoria en Cristo Jesus que todo lo puede. Bendiciones.

    1. ¡Dios te bendiga! Gracias por tomarte el tiempo de leer y gloria a Dios porque te edificó a través de ella. Un abrazo

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *